Las negociaciones conducen a un gobierno provisional
presidido por el príncipe Lvov, aristócrata liberal, y formado por burgueses
liberales en su mayoría, partidarios de una monarquía constitucional. La
izquierda estará representada por Kerenski, socialista moderado. Es la llamada
“paradoja de febrero”, el pueblo confía el poder a la fracción progresista de
la clase dirigente; ello se explica por la ausencia de lideres obreros y por el
reemplazo en las fabricas de los obreros movilizados por otros menos formados
políticamente. Es lo que Trotski llama el “desleimiento del proletariado”.
El gobierno provisional se ve obligado a tomar posiciones
sobre las reivindicaciones que formulan las masas y los diputados del Soviet:
los obreros reclaman el control sobre la gestión de las empresas
y una republica democrática.
Los campesinos quieren una predistribución de las tierras
desocupadas y de los grandes propietarios.
Los soldados aspiran a la paz inmediata y exigen ayuda para
sus familias y las victimas de la guerra.
Estas aspiraciones no serán satisfechas y solo se verán
tímidas medidas liberales. Esto explica el éxito de Lenin y sus tesis de abril:
la paz, la tierra para los campesinos, el poder para los soviets. Bajo su
impulso los bolcheviques progresaran rápidamente.
El 18 de mayo se constituye el primer gobierno de coalición.
El príncipe Lvov sigue a la cabeza. Entran en el gabinete los mencheviques y
los miembros del S.R. y Kerenski será el ministro de la Guerra. El 3 de junio
se celebra el primer “Congreso panruso de soviets” que agrupa a 800 delegados
de los que solo un centenar pertenecen al partido bolchevique. Lenin no es
tomado en serio, incluso en el seno del mismo partido encontrara dificultades.
A comienzos del verano los obreros y campesinos han
incrementado su descontento debido a las dificultades de avituallamiento. En
Petrogrado los bolcheviques se verán sobrepasados por grupos izquierdistas
partidarios de la acción inmediata, se esforzaran por dirigir una insurrección
que finalmente será contenida por el gobierno provisional.
Un nuevo gobierno con Kerenski a la cabeza debe enfrentarse
a una situación económica que se degrada: depreciación del rublo, hostilidad
creciente, huelgas con ocupación de los locales industriales, movimientos de
ocupación de las tierras. Políticamente hay un doble peligro: por la derecha la
tentativa contrarrevolucionaria de Kornilov, por la izquierda el
fortalecimiento de los bolcheviques que ya cuentan con 240.000 afiliados y su
Congreso ha establecido un programa conciso. Kerenski se encuentra aislado, la
izquierda le acusa de sus tratos con Kornilov y la derecha le reprocha su
indecisión. Tras la retirada de los ministros del K.D. reorganiza el gobierno
bajo el mando de los socialistas.
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